En busca de la literatura perdida
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Las letras, como reflejo de los sentimientos ocultos de los hombres, también son bienvenidas. Existen dos talleres que se enfocan en la producción e interpretación de escritos, bajo la supervisión de Cesar Adolfo Valdebenito poeta, escritor y ensayista. Uno dedicado a los jóvenes que se destacaron sobre el resto con sus obras, al decidir poner a prueba su lucidez, en el concurso literario convocado por la institución en agosto del presente, su día de encuentro es el sábado. El otro que existe desde el 2004,y se reúne los martes. .
Este último cuenta con número reducido de participantes. Analizan los ritmos y melodías de las obras de sus compañeros, fomentan la utilización del diccionario, reconocen las cacofonías en los relatos, aconsejan al autor, basándose en la percepción colectiva. “Se cometen errores de forma, de fondo, cuando están buscando un estilo o una manera de expresarse, equivocaciones que es necesario corregir”, comenta el maestro.
Estos espacios no son habituales, en el resto del país instancias como la descrita parecen una utopía. No se dan distinciones ni tratos diferentes por motivo de la edad u ocupación, pues todos pueden estar a un mismo nivel en posición de reconocer nuevos contenidos destinados para cada sesión,
El humor, las anécdotas, las ironías se sitúan como elementos esenciales de desenvolvimiento entre los presentes. Se manifiestan en la atmósfera aires de hermandad, comprensión, empatía y complejidad, con entusiasta disposición frente a los nuevos conocimientos. No sólo es necesario saber palpar el significado del texto, sino además identificar la correcta utilización de formas, técnicas e ideas correctamente hiladas. El acertijo consiste de dilucidar lo que el poeta pretende confesar al mundo.
Gracias a las posibilidades, los individuos desarrollan y pulen sus habilidades de comunicación social, respecto a sus sentimientos ocultos en lo más profundo de su ser. Aprender a pronunciar lo que se piensa en la sociedad, no es un camino fácil. El guía de la instancia, Valdebenito, se convierte en el mediador de los potenciales artistas con sus emociones e inconscientes. El crecimiento personal es notable.
Los gritos de la comunidad de mortales claman por oportunidades semejantes. Quizás sea la solución antes la falta de lectura en los chilenos. Sentir un libro como una herramienta y aliado de tertulias e insomnio, en lugar de encasillarse en pasatiempos que poco ayudan a su superación y valentía. Comprender el universo sumergido en la mirada de otro individuo que en algún momento pasó por los mismos problemas y cuestionamientos, puede orientar en la creación del slogan de la batalla con la propia vida y los obstáculos, que surgen como malezas entre las hermosas flores de primavera.
ver sus creaciones en http://tallerliterarioedenyluju
Escrito por:Francis Jiménez, Estudiante de periodismo, UDEC.
Publicada el jueves, 15 de noviembre de 2007
1 comentario:
Francis:
Me da mucho gusto ver tu artículo publicado en nuestro blog por el hecho de que haces alusión al trabajo del taller literario. Sin embargo, me gustaría que pudieses poner un poco más de cuidado en la ortografía (puntuación y tildes. Por otra parte, siento que es necesario utilizar la perspectiva de género, cuando haces mención a los y las integrantes del taller, lo mismo que cuando haces referencia al "hombre" como especie. Sobre todo considerando que este texto habla de una institución como TPH cuyo discurso es, entre otras cosas, visibilizar el aporte de la mujer a nuestra sociedad. Por eso, teniendo estos elementos presentes es que te hago la crítica. No la hago por ser yo feminista, sino porque debes contextualizarte en la misión y la visión de la institución para la cual escribes el artículo. Es mi humilde opinión. Un abrazo, Malutae
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