viernes, 5 de octubre de 2007

EL LIBRO OBJETO DE CÉSAR VALDEBENITO







Por Marisol Montero

Pensé en todas las cosas que podría haber dicho y hecho, y que no había dicho ni hecho, en los momentos amargos y humillantes en que pedirle a una mujer que deseabas hacerle el amor era rebajarse más que un insecto o un gusano. A pesar de estar completamente ebrio todavía me molestaban aquellos insultos y agravios. Todavía sentía aquel azote en el culo, por supuesto eso sólo era una leccioncita de baile, podría decir. He vagado por todos los tugurios de esta ciudad. La misma historia en todas partes. No me inclino, pero ¡te saludo, oh mundo!”




Seducida por este epígrafe comienzo a recorrer el libro titulado La Muerte de Bukoswsky, el libro mítico de Valdebenito, un libro que fue tachado en su tiempo de aberración literaria, el libro que irritó a tantos personajes del mundillo literario, haciéndolos reaccionar en forma airada con comentarios destemplados e implacables para mi gusto. ¡En fin, escándalos más escándalos menos me imagino la sonrisa del autor y cierta satisfacción en su rostro! Pienso, que es genial cuando esto ocurre con algunas obras que, de una u otra manera, marcan una época y provocan tanto revuelo ya que generalmente son una invitación a provocar un cambio en nuestra manera de observar el mundo y nuestra propia vida. Tales reacciones, sólo demuestran que ciertas ¨equivocaciones¨son magníficas. Los que creemos en el riesgo, valoramos y celebramos que surjan ideas y atrevimientos que nos golpeen y estremezcan, para bien o para mal, pero que nos remuevan de nuestro letargo cultural, intelectual, tan limitado y muchas veces escaso.

Tengo la certeza que La Muerte de Bukowski nace del arrojo y lucidez de su autor y eso legitima, sin lugar a duda, la forma y estilo, tan particular de esta obra que desde el comienzo nos estremece. Lo primero que vemos en la tapa y contratapa es un viejo aberrante, una botella de alcohol, un vaso semi vacio, un micrófono; de fondo: una bahía, todo en un color añoso, luego se lee el gran título como si fuera un cartel de propaganda y más abajo en letras pequeñas un premio, la edición norteamericana del New York Times… y así me sigo sorprendiendo con cada página que veo y leo. Puedo decir que se divide en dos partes, utiliza el recurso fotográfico, el epígrafe, la ficción, hay ironía de principio a fin, es un libro festivo y pagano. Profundo y con bellas palabras, un libro que en más de una de sus páginas nos interpela. Extremadamente agudo, a ratos cómico…¡en fin! es un libro vital e innovador imposible de encasillar. En una de las solapas me llama la atención el comentario incisivo y certero de Hans Mafort. ¡¿Quién es Hans Mafort?!...El prólogo me da otras luces, dice algo de una recopilación de textos inéditos de un afamado escritor ya muerto…¿ficción, realidad? ¿cuáles son las dos almas de este libro? Entro a él desde otra mirada y me pregunto ¿Qué es esto, frente a qué estoy? ¿Qué nos dice en concreto el libro? ¿Qué nos cuenta, nos poetiza, nos relata? Remitiéndome a un concepto más cercano al arte, siento que lo que hizo el autor fue poner en escena el objeto poético, o sea: el libro como intervención, como obra de acción de arte.







A partir de la reflexión de Hans Marfer, reflexiono: “Valdebenito o el personaje de Valdebenito o “su alter ego” como siempre parece estar ajustando sus cuentas con la vida o indicándonos que, quizás esto era una farsa, o por lo menos estaba muy cerca de serlo, que nada valía la pena, que un incidente anulaba a otro…”

Quiero terminar este comentario con las palabras que el autor expresa en el apéndice del libro:

:

“Esto lo escribo principalmente en mi propio beneficio. No espero que se entienda. Tú no has visto nada de esto y, aunque lo intentaras, jamás podrías imaginártelo. Me gusta mi vida ahora: me muevo, respiro el aire que se me concede y como lo menos posible. No importa lo que digan los demás; lo único que importa es dar el primer paso y luego el otro, respirar, mantenerse en pie”.

Para aquellos que quieran leer más acerca de este libro, pueden visitar la página www.litterae.cl/bofismo/cesar.html




14 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡LBRO MITICCOOO????!!!!!.....

Anónimo dijo...

Toda maravilla nos estremece. No me inclino, pero te saludo, mi zarina.


El zar

Anónimo dijo...

Tu comentario me anima a leer este libro. ¿quien es el "zar"?. José

Anónimo dijo...

José, te respondo; el autor del libro.

Saludos

Anónimo dijo...

Entré al link y leí algunas de sus partes, me parecen letras reales y hermosas, que puedo decir...

Anónimo dijo...

Marisol, me parece muy loable de tu parte, que comentes sobre los libros del Director del Taller, pero creo que tus comentarios son bastante parciales, es decir, ¿Cómo todos los libros que has leído de él y que has comentado, van a ser tan óptimos? Además que si quisiéramos leerlos, para tener nuestro propio juicio, es imposible encontrarlos.

Anónimo dijo...

¿¿¿Qué puedo decir sino lo que yo estimo???? Por algo escribo de lo que leo. De verdad ¿Crees que no hay escritores que puedan tener tres libros óptimos?? Me sorprende el comentario al respecto. Ahora, si quieres leerlos ¿por qué no te animas a pedírmelos o solicitárselos por este mismo medio al propio autor??? Te aclaro que El Jardín está en la librería Antártida del mall y en la Biblioteca de la U. de Concepción (en este lugar hay tres libros de él)por lo tanto, ya ves, no es ¨imposible¨encontrarlos. También en la biblioteca de la Fundación Trabajo para un Hermano el autor dejó libros para el público. Ahora si eres buena lectora, sabrás muy bien que hay libros de grandes autores universales y de autores actuales publicados por editoriales que tampoco los encuentras no solo en nuestra ciudad...¡ni siquiera en Chile! ¿qué te parece? Con mayor razón hay que hablar de ellos...

Atentamente,
Marisol Montero

Anónimo dijo...

Sólo un dato: la integrante del taller Marta Tapia encontró el libro El Jardín en la librería Antártica. Así es que vayan a buscarlo ahí. El libro que inspiró el comentario lo encuentran en el LINk, que está CITADO al pie del mismo artículo. Y por último ¡¡¡cómprenselo al propio autor!!!!!

Anónimo dijo...

¿Que dijo la otra?

Anónimo dijo...

Marisol:
Aún cuando, en un primer momento también podría pensar como Aída, o sea, que tu juicio puede ser subjetivo o siempre favorable al autor por razones que no viene al caso mencionar (o tal vez sí...), creo que vale la pena interesarnos por lo que a otros,o en este caso a otra integrante del taller le parece una buena obra. Luego de leerla, podremos formarnos nuestro propio juicio y ponerlo también en la mesa.
Ahora, te confieso que todo lo que mencionas acerca del libro me suena a un texto un tanto filosófico, abstracto y con ires y venires entre ficción y realidad...ese tipo de lecturas me resulta muy difícil, lo reconozco pero, tal vez, siguiendo los consejos de nuestro nunca bien ponderado director del taller, debería esmerarme por pasar de los "placeres fáciles" a los difíciles como él siempre nos invita. Así es que iré al link y veré con qué me encuentro. Malutae

Anónimo dijo...

Anónimö: ¿A quién te refieres con la otra? Porque supongo que debe tener nombre y apellido. ¿No crees?. Y además, deberías Tú identificarte y hacer tu comentario sobre el texto, porque a mí se me escapó poner mi nombre en mi comentario, pero en el taller lo aclaré. Gracias . Aída

Anónimo dijo...

Aida, te encontramos toda la razón en pedir el nombre de la persona, sin embargo en lo personal no me molesta, aunque no es mi estilo.

El director del taller.

Anónimo dijo...

Aída:
Quiero decirte que yo siempre he escrito y opinado firmando con mi nombre y apellido cada cosa que pienso por lo tanto comparto absolutamente tu comentario. Te saluda cordialmente,

Marisol Montero

Anónimo dijo...

ADORABLE COMO SIEMPRE.

ZZzz